Una tarde calurosa de verano, mi amigo Jason y yo decidimos quedarnos en el aire acondicionado y ver el documental de Werner Herzog sobre Internet. Yo había ido a la tienda de comestibles japonesa ese mismo día y había comprado sal de ume shiso (una sal salada, ácida y agria hecha de shiso y ciruela), y él me trajo una sandía entera. La combinación de esas dos cosas es simplemente divina, y nos comimos la sandía entera antes de que terminara la película. Pero si usas ciruelas frescas y shiso, la experiencia será aún mejor. Normalmente puedes encontrar shiso fresco en el mercado de agricultores local o en el mercado japonés. No tiene exactamente sabor a albahaca; es cítrico, perfumado y un poco… ¿sabroso? La variedad morada le da al umeboshi (ciruela japonesa encurtida) su hermoso color rosa, pero cualquier variedad de shiso funcionará para esto. Para darle un toque especial, un poco de togarashi (una increíble mezcla de especias japonesas) es muy especial.
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